Prysmian te explica porqué el cable del circuito C3 debe ser más largo que el de una cocina o horno.
La alimentación de cocinas y hornos eléctricos en viviendas presenta algunas particularidades que vale la pena considerar. Tanto el cable del circuito C3, como se indica en la ITC-BT 25, como el cable de los receptores, requieren atención, especialmente dado el aumento en el mercado de las encimeras de inducción con potencias nominales elevadas.
Las cocinas de gas han ido cediendo terreno en muchos hogares a las placas vitrocerámicas o de inducción, principalmente debido a la eliminación de los riesgos asociados al gas y a la facilidad de limpieza que ofrecen estas últimas.
Aunque este artículo no se centra en ello, es importante destacar cómo la tecnología de inducción ha ido ganando popularidad en las tiendas de electrodomésticos. Se basa en el calentamiento del recipiente a través de un campo magnético, lo que ofrece varias ventajas sobre las vitrocerámicas que utilizan resistencias eléctricas para calentar. La tecnología de inducción puede calentar más rápidamente y aprovechar la energía de manera más eficiente.
Sin embargo, el objetivo principal de este artículo es analizar el impacto en los cables, tanto en la instalación eléctrica como en el propio electrodoméstico, debido al aumento en las potencias nominales de estos equipos, especialmente en el caso de las cocinas, que suelen ser los electrodomésticos que más energía requieren.
En primer lugar, examinaremos el circuito de la instalación eléctrica, y luego reflexionaremos sobre el cable que el fabricante del electrodoméstico instala en la cocina para conectarlo a la toma de corriente. Intentaremos responder a la pregunta común entre los instaladores: ¿por qué se requiere un cable de 6 mm2 en el circuito C3 si el cable de la placa de cocina es de 2,5 mm2?
En cuanto al circuito C3 de la instalación eléctrica, recordemos lo que establece el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT) en la tabla 1 de la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) BT 25:
Entendemos que la potencia prevista por toma (una para la cocina y otra para el horno) es de 5400 W. Sin embargo, dado el avance tecnológico actual, esta estimación se queda corta, ya que fácilmente se pueden encontrar cocinas eléctricas cuya potencia nominal supera ampliamente este valor.
Veamos un par de ejemplos de cocinas disponibles en el mercado:
Cocina de inducción con una potencia nominal de 4600 W
En relación con la instalación del circuito para la cocina y el horno, es importante recordar lo que establece el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT) en la tabla 1 de la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) BT 25.
En este caso, la cocina tiene una potencia por debajo de la prevista en la tabla del REBT por toma. Por lo tanto, podemos realizar los cálculos habituales y, en cuanto al cable de instalación, todo debería estar correcto y en concordancia con las especificaciones normativas.
El cable de alimentación de la placa de inducción
Es importante considerar que, aunque es comprensible cuestionar por qué el cable tiene una sección inferior a la requerida para su circuito de alimentación (C3), debemos tener en cuenta que se trata de cables diferentes destinados a usos distintos.
Por lo general, las cocinas de inducción están equipadas con cables del tipo H05V2V2-F, diseñados de acuerdo con la norma UNE-EN 50525-2-11. Al consultar la norma UNE 20434, observamos que se trata de un cable armonizado por Cenelec (H) con una tensión asignada de 300/500 V (05), con aislamiento y cubierta de mezcla de PVC para temperaturas de servicio de hasta 90 ºC (V2), y adecuado para servicios móviles (-F). Este tipo de cable es similar al utilizado en prolongadores, enrolladores y regletas de conexión domésticas (H05VV-F), con la diferencia de que estos últimos están fabricados con PVC de 70 ºC (V).
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