Geberit nos ayuda a desmontar las principales falsas creencias sobra la cisterna empotrada, un producto que ya se corresponde con 1 de cada 10 ventas de cisternas.
-Su mantenimiento no necesita obras. Muchos usuarios creen que hay que hacer obras en la pared para reparar estas cisternas, pero la verdad es que se accede al mecanismo fácilmente desde el hueco del pulsador que activa la descarga y sin tener que usar herramientas.
-Aportan más amplitud al baño. Las cisternas empotradas ayudan a ganar espacio y aportan sensación de amplitud al esconder lo que ocupa una cisterna detrás de la pared. De hecho, se pueden ganar hasta 15cm de espacio en el baño.
-Reducen el consumo de agua. A pesar del desconocimiento de esto que hay entre los usuarios, la cisterna empotrada permite reducir el volumen de la descarga a tan solo 3 litros de agua para la media descarga y 4.5 litros para la descarga completa, frente a los 9 o más litros de las soluciones tradicionales.
-Un sistema estable. Al estar la cisterna escondida y el váter suspendido, algunos usuarios dudan sobre su seguridad, pero estos modelos se instalan con un bastidor de acero que permite regular la altura del inodoro y soportar todo el peso de la taza y del usuario. De hecho, el sistema es capaz de soportar hasta 400 kg de peso.
-Minimizar el ruido. Al quedar detrás de la pared, se minimiza el ruido de llenado y descarga del agua, garantizando un entorno más silencioso y confortable, algo importante de noche.
-Aportan más posibilidades de diseño. Solo queda a la vista el pulsador para la descarga y existe un amplio rango de diseños y modelos que, además, incorporan funciones innovadoras como el módulo de eliminación de olores o la descarga que se activa electrónicamente, por sensor de infrarrojos, sin necesidad de contacto.
Así, vemos que las cisternas empotradas son una solución silenciosa, fácil de instalar, de consumo eficiente y de fácil mantenimiento. Un ejemplo de tecnología y diseño que abre la puerta a la innovación en el baño.