Dada la expansión del COVID-19 que está teniendo lugar también en África, Fundació Fluidra continua apostando por el proyecto KAG-25 para ayudar a empoderar a la población de Karang (Senegal) facilitándoles conocimiento, formación y tecnologías agrarias. De este modo, pueden aprender las técnicas necesarias para garantizar el autoabastecimiento, trabajando sobre producciones autóctonas orientadas hacia un modelo eficiente y sostenible.
Actualmente la pandemia empieza a asomarse a Senegal y, aunque por el momento se trata de casos aislados, el gobierno ha decretado la suspensión de la formación educativa, la suspensión de los viajes aéreos internacionales y la prohibición de movimientos de personas y transporte interurbanos, lo que supone que la importación de alimentos se dificulte. Con ello crece la relevancia del proyecto KAG-25 para la comunidad local porque permite producir una amplia variedad de productos agrícolas, entre otros, cebollas, tomates, pimientos, sandías, mijo, maíz, cacahuetes y huevos.
Además de esto, el proyecto contribuye a la capacitación profesional de los jóvenes en la zona de Karang, a la modernización de la economía de la región, a la construcción de infraestructuras agrarias, al empoderamiento de los colectivos en situación de vulnerabilidad y a la mejora de los servicios de aguas y saneamiento.
Joan Planes, presidente de la Fundació Fluidra, señala que “el estallido de la pandemia del COVID-19 puede afectar a Senegal gravemente aunque por el momento es complicado calibrar el impacto que tendrá. La población es mayoritariamente joven, pero son países que tienen sistemas sanitarios precarios y gravísimos problemas de salud pública”. A lo que añade “sé que nuestra aportación en Senegal es modesta pero tenemos la convicción de que todos los pasos que damos, por pequeños que sean, son un gesto de confianza en el futuro, una semilla que puede fructificar y servir como estímulo y ejemplo. La aportación de la Fundació Fluidra no responde a una situación de emergencia puntual, sino que se trata de una apuesta a largo plazo.”
KAG-25 nace en 2017 de la mano de la Escuela Agraria de Karang que dirige las Escuelas Pías y, hasta el momento, la Fundació Fluidra ha invertido alrededor de 500.000€. Independientemente de la aportación económica, también se ha donado conocimiento e infraestructuras.
A partir de 2020 está prevista una segunda fase, que se basará en la distribución, la transformación y la gestión de la producción agraria, con el fin de crear un nuevo canal de distribución que ayude a los pequeños productores de la zona a distribuir sus producciones de manera más ventajosa.