El sector de la construcción se acerca a la industrialización. Con este proceso, la edificación se realiza fuera de la parcela de construcción (sea total o parcial) para un ensamblaje posterior en el lugar que ha de ocupar.
Este tipo de fabricación es un gran paso adelante en la concepción actual de una obra. Un cambio que va acompañado de técnicas y procesos propios. Es sobre estos elementos teóricos y prácticos en los que trabaja la Plataforma para la Industrialización de Viviendas (PIV).
La PIV busca que los diferentes agentes del mundo de la construcción industrializada compartan sinergias y experiencias: fabricantes de materiales e instalaciones como Giacomini, promotores, prescriptores y arquitectos. Una plataforma de caracteres colaborativa fomentado por la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA).
Ahorra tiempo y costes, reduce el impacto ambiental
Con la industrialización se consigue acelerar tempos y se reducen costes, pero, además, también se minimiza el impacto en el medio ambiente.
El ahorro de costes se logra gracias a un menor tiempo de construcción sin pérdida en la calidad del producto final. Las partes montadas en fábrica se realizan con operarios especializados y con un control de calidad mayor que en una obra.
El hecho que se acorten los plazos, reduciendo así el tiempo total de la obra, ya supone una disminución del CO2 desprendido en la actividad. A lo que hay que sumar que los productos son construidos por empresas que controlan sus emisiones y tienen una alta gestión de residuos, tal y como exigen las leyes al sector industrial.