Su primera generación, representada por los hermanos Alfonso y Jesús Antoñanzas, ha levantado de cero un grupo “pionero y referente en sostenibilidad”, que emplea a 1.700 personas y cuyos puntales son las firmas Exkal y Suministros eléctricos Gabyl. El acto de entrega del galardón, patrocinado por CaixaBank y en el que colabora ARPA Abogados Consultores, será el 4 de noviembre en el Hotel Pamplona El Toro en el marco de un almuerzo realizado con los miembros de la asociación.
La Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) anunció la concesión de su VI Premio Empresa Familiar Navarra. Un galardón que este año ha recaído en la familia Antoñanzas, de Funes, representada por los hermanos Alfonso y Jesús. Ambos representan la primera generación que ha levantado un grupo prácticamente de la nada. Este se define en la actualidad como “pionero y referente en sostenibilidad ambiental, económica y social, orientado a la excelencia y vinculado siempre a la unidad familiar”. Además, dicho consorcio emplea a 1.700 personas y sus puntales son las sociedades Exkal y Suministros Eléctricos Gabyl.
La entrega del premio, patrocinado por CaixaBank y en el que colabora ARPA Abogados Consultores, será el 4 de noviembre en el Hotel Pamplona El Toro en el marco de un almuerzo realizado con los miembros de la asociación.
El Premio Empresa Familiar Navarra de ADEFAN pretende reconocer a todos los negocios familiares de la Comunidad foral que han destacado realzando como valores propios el arraigo al territorio y la vocación de permanencia. Junto a estos aspectos, también se valora la evolución seguida por la compañía, su compromiso con el empleo, así como el sacrificio, la reinversión y la ilusión constantes. Anteriormente, Ventas de Ulzama-Grupo Castillo de Gorraiz (2021), Grupo Enhol (2019), Conservas El Navarrico (2018), Grupo Basarana Las Cadenas (antigua Hijos de Pablo Esparza) (2017) y Viguetas Navarras (2016) recibieron este galardón en sus cinco ediciones anteriores.
DE FUNES A GABYL
El inicio de la saga familiar Antoñanzas se sitúa en Funes con los abuelos Rosario y Eloy. “Ambos nos enseñaron el camino”, recuerdan sus hijos Alfonso (71 años) y Jesús (68). Eloy siempre estuvo vinculado al mundo de la electricidad mientras que Rosario fue la primera emprendedora con la venta de helados y hielo. Precisamente, esa experiencia despertó en sus descendientes la vena empresarial. “A nosotros siempre nos ha gustado trabajar porque no sabemos hacer otra cosa”, confirman.
Siguiendo esa inquietud, los hermanos Antoñanzas iniciaron trayectorias profesionales diferentes. Con 23 años, comienza la aventura de Alfonso en el mundo de la refrigeración. “En ese momento la semilla ya está germinando porque es el inicio de una larga trayectoria en este sector”, comenta.
Por su parte, la andadura empresarial de Jesús se inicia en Gabyl, fundada en 1977 como una firma especializada en distribución de material eléctrico. Con ella inicia, bajo su punto de vista, “un bonito camino que cumple ya 45 años”. Añade, además, que “mi hermano Alfonso fue en todo ese tiempo el hombro donde poder desahogarme, mi ayuda y mi consultor porque, en realidad, todo lo que ha venido después ha salido de su cabeza. No deja de darle vueltas a todas las cosas”.
Gabyl supuso, en ese sentido, un punto de inflexión. “Siempre hemos ido a sitios donde hemos podido aportar. Así que, tras adquirirla en la década de los 90, pusimos en marcha un sistema para crear empresas comerciales e industriales que hoy todavía mantenemos”, explica Jesús. Sistema que sigue creciendo a través de partenariados en diferentes empresas, en las que incluyen su ADN y a las que aportan su “know how”. De esta forma, impulsaron negocios y buscaron la forma de ayudar a otros que acudían a ellos.
En 2005, sin embargo, surgió la oportunidad de hacer “el gran proyecto industrial” que siempre habían deseado: Exkal.
EXKAL, “LA JOYA DE LA CORONA”
Alfonso Antoñanzas recuerda con agrado su época como máximo responsables de la ingeniería de Ibérica del Frío, S.A. “Sentía que mi trabajo influía en el resultado de una compañía muy enfocada hacia la calidad del producto y la eficiencia energética”, afirma. Por eso, cuando fue comprada por un grupo extranjero y se produjo un cambio en las prioridades, Antoñanzas consideró que había llegado el momento de iniciar una nueva etapa. “Los grandes de la refrigeración comercial, estaban comunicando al sector que la refrigeración comercial había llegado a su máximo nivel de desarrollo y que, por mucho que invirtieras, era casi imposible mejorarla”. Exkal nació, por lo tanto, con un objetivo muy claro de continuar con la mejora: focalizarse en la eficiencia energética, el ciclo de vida y la sostenibilidad. “No quisimos abandonar al producto de refrigeración y asumimos la responsabilidad de impulsar y promover su progreso y desarrollo”, asegura.
Siguiendo esa línea de trabajo, la industria de los Antoñanzas empezó a marcar un hito tras otro hasta convertirse en “la joya de la corona” de su grupo. En 2007, junto con Eroski, impulsaron el primer supermercado en Europa con la certificación ISO:50001. “Y para cuando pusimos el primer mueble con puertas en Francia, ya habíamos puesto 20 kilómetros de ese tipo de instalación en España”, destaca.
Paralelamente, las cifras del proyecto no dejaban de crecer. Así, de los 2.000 metros cuadrados de su primera sede de Pamplona, pasaron a los 80.000 que ya tienen construidos en Marcilla y a los que van a sumar en breve otros 160.000. “Y, en estos 17 años hemos crecido a una media de dos dígitos. Es una auténtica barbaridad”, destaca su máximo responsable.
Otro elemento en el que sobresale esta compañía es su inversión en I+D que supera el 5 % anual, tres veces más que la media española y el doble que la europea. Alfonso Antoñanzas expresa con orgullo que, en el cierre de ejercicio, “no hay reparto de dividendos y sí reinversión en la empresa. Esta es una práctica muy habitual en la empresa familiar”.
En este punto, Daniel Antoñanzas, uno de los hijos de Alfonso y que próximamente se convertirá en el director general de Exkal, apunta otra de las claves del éxito de esta compañía. En su opinión, ese factor ha sido creer “de verdad” que las personas con las que trabajan son importantes “y sentirlas como parte de la familia”. “No son números ni recursos”, recalca.
ESTUDIAR, PREPARSE Y SER FELIZ
Alfonso y Jesús constituyen la primera generación de una familia que completan sus hermanos Maribel y Eloy, quienes han permanecido al margen de los proyectos que se han mencionado. No obstante, todos ellos siempre han ejercido como punto de unión de una ‘gran familia’ que, en la actualidad, está compuesto por 38 miembros.
La segunda generación está formada por los hijos (Alfonso, Daniel, Iosu y Ion), han participado del proyecto de la familia desde muy jóvenes. Sin embargo, su incorporación se ha realizado “de forma predeterminada y con alevosía”, explican sus progenitores. “Nuestro interés siempre ha sido que los hijos estudien y se preparen lo máximo posible y, sobre todo, que tengan como principal visión ser felices”, explican. De ahí que su irrupción en el mercado laboral estuvo condicionada al cumplimiento de dos requisitos previos: trabajar fuera del grupo familiar siempre y cuando hubieran aprobado antes todas las asignaturas. Una vez cumplidas esas obligaciones y pasado el tiempo, hoy tres de ellos (Alfonso, Daniel y Ion) trabajan en Exkal; y el cuarto (Iosu) en Gabyl.
A esta segunda generación está previsto que les sucedan una tercera. Se trata de la formada por los nietos de Jesús y Alfonso (Olga, Asier, Iñigo, Aitana, Mario y Samuel) que todavía están en ciernes ya que los dos primeros “justo acaban de iniciar este año su formación universitaria”, informan sus abuelos.