El Clúster de la Edificación edita un documento de consulta donde expone las diferentes fases del proceso de una rehabilitación industrializada.
El objetivo global de estas actuaciones es reducir al menos un 30% el consumo de energía no renovable en los hogares y bajar la demanda de calefacción y refrigeración como mínimo un 7%.
La rehabilitación de edificios será la protagonista en el sector de la edificación en los próximos años, dado que el objetivo global de estas actuaciones es reducir, al menos, un 30% el consumo de energía no renovable en los hogares y disminuir la demanda de calefacción y refrigeración como mínimo un 7%.
Para conseguirlo, la vía más efectiva es actuar sobre la envolvente del edificio. Es aquí donde la industrialización en la rehabilitación puede marcar la diferencia reduciendo la demanda de energía, según el grupo de trabajo en el Clúster de la Edificación compuesto por varias empresas fabricantes como son Pladur, BMI, Emac Complementos, Danosa, Mapei, URSA, Ulma y como centro tecnológico el IteC.
Este grupo ha creado un documento de consulta público donde se expone tanto la necesidad de rehabilitación en España, como la problemática que esta supone. Además, recoge en profundidad el proceso de rehabilitación de una edificación.
“Uno de los retos de la industrialización de la rehabilitación es la necesidad de aportar soluciones flexibles. Cada inmueble por rehabilitar es diferente y dispone de múltiples puntos críticos a salvar (chimeneas, balcones, elementos decorativos…) que habrá que solucionar”, explica Carlos Muñoz, product Manager de Emac y colíder de este grupo de trabajo.
En este sentido, las cubiertas y fachadas son los puntos más eficientes a la hora de invertir para conseguir los objetivos de eficiencia y sostenibilidad que se buscan, porque al final son los que separan del exterior. Además, son las partes más accesibles del edificio, y por tanto, susceptibles de ser industrializadas en una rehabilitación puesto que este tipo de soluciones suelen ser de grandes dimensiones.
Asimismo, en el documento de trabajo se especifican las fases en el proceso de rehabilitación, siendo la primera, el diagnóstico, fundamental, puesto que hay que asegurar que la estructura del edificio soportará la capa industrializada que se fija al cuerpo existente. Sin embargo, la fase de planificación es la más importante, puesto que la digitalización del edificio y de la solución industrializada diseñada serán las que marquen la diferencia respecto a una rehabilitación tradicional.
Finalmente, llegaría la fase de ejecución, donde se instalarían los módulos o soluciones constructivas acordadas en el proyecto. Esta fase, igualmente crítica, se simplifica por haberse planificado durante la fase anterior y por una fabricación de los sistemas de anclaje y unión adecuados al edifico.
Según Dasil Fernández, colíder del grupo y responsable de prescripción en Pladur, “hablar de industrialización requiere cambiar la mentalidad y pensar en procesos, ya que dejamos de construir para pasar a fabricar y ensamblar. En el caso de la rehabilitación será una mezcla entre ambos mundos”.