Este informe, elaborado por Josep Solé, complementa un estudio previo que analizaba las propuestas de intervención desde una perspectiva tanto energética como económica.
Las intervenciones planteadas, que utilizan materiales URSA en sistemas como SATE, fachada ventilada, insuflado en cámara y trasdosado, muestran resultados muy similares en la reducción de la huella de carbono.
El estudio confirma que un mayor espesor del aislamiento contribuye a una reducción más significativa de la huella de carbono operativa del edificio.
En línea con su compromiso con la descarbonización y la disminución del impacto ambiental del parque edificado, URSA ha llevado a cabo un nuevo estudio enfocado en analizar cómo el aislamiento aplicado en proyectos de rehabilitación reduce de manera significativa la huella de carbono operativa de los edificios. Este informe complementa una investigación previa que evaluaba las intervenciones desde una perspectiva tanto energética como económica.
El análisis, desarrollado por Josep Solé, técnico especialista en aislamiento y colaborador de URSA, incluye todos los cálculos sobre un edificio plurifamiliar para examinar las posibles intervenciones de rehabilitación con materiales aislantes de URSA, verificando la reducción de la huella de carbono generada por el edificio a lo largo de su ciclo de vida.
“Llevamos años trabajando en demostrar cómo la instalación de aislamiento mejora la eficiencia energética de los edificios. el confort y la salubridad de sus ocupantes. Ahora hemos querido dar un paso más y comprobar de forma científica cómo nuestros materiales influyen notablemente en la reducción de emisiones de CO2 en los edificios”, asegura Marina Alonso, Marketing Manager de URSA.
Las propuestas de intervención evaluadas incluyen el aislamiento exterior o SATE con URSA XPS F N-RG I en espesores de 9, 10 y 12 cm para las fachadas principal y del patio. Además, se analiza la opción de aislamiento mediante fachada ventilada utilizando URSA TERRA Vento Plus T0003 en espesores de 10, 12 y 14 cm. También se considera el insuflado en cámara en ambas fachadas con URSA PUREONE Pure Floc KD, así como la instalación de un trasdosado de 9, 10 o 12 cm de espesor con URSA TERRA Mur P1281 en la fachada principal, y URSA XPS en el SATE del patio interior y en la cubierta invertida.
Análisis de la Huella de Carbono Operacional
Para evaluar la huella de carbono de la fase operativa del edificio, se convierte la reducción de la demanda energética en una disminución del consumo de energía final. Luego, este consumo se traduce en emisiones de CO2 mediante el coeficiente de paso correspondiente, lo que permite calcular el impacto a lo largo de la vida útil del edificio, estimada en 50 años. Además, el análisis de las intervenciones incluye componentes evaluados a través de la base de datos INIES y las Declaraciones Ambientales de Producto de URSA.
En todos los casos analizados, el balance de huella de carbono es negativo, lo que indica una reducción efectiva de las emisiones. Además, el aumento de la huella de carbono asociado a estas intervenciones es ampliamente superado por la reducción del consumo energético que se logra gracias al aislamiento.
El informe también evidencia que la reducción de la huella de carbono es más significativa en zonas climáticas con condiciones más extremas. Sin embargo, en climas más benignos (como la zona A), la rehabilitación continúa siendo ambientalmente recomendable. Asimismo, se proporcionan cifras que demuestran que las mayores reducciones se obtienen con aislamientos de mayor espesor.
“Este informe nos demuestra que el aumento del espesor del aislamiento representa solo un incremento moderado en la huella de carbono del edificio durante su instalación. Sin embargo, a lo largo de toda la vida útil del edificio a mayor espesor, mayor es la reducción de su impacto medioambiental. Con esto se desmonta claramente la creencia de que un aislamiento excesivo podría ser contraproducente”, matiza Alonso.
Las diversas propuestas de rehabilitación y el tipo de material seleccionado presentan un impacto ambiental relativamente similar. Por lo tanto, la elección de una intervención no debería basarse únicamente en esta consideración, sino en las distintas necesidades de aislamiento del inmueble a rehabilitar.
Este estudio resalta el compromiso de URSA con la sostenibilidad y el diseño de soluciones constructivas que no solo optimizan la eficiencia energética, sino que también ayudan a mitigar el cambio climático y a descarbonizar el parque edificado.