La ventilación mecánica controlada (VMC) está experimentando una evolución significativa, especialmente debido a la obligatoriedad de su instalación en obras nuevas, según lo establecido por el Código Técnico de la Edificación en su DB-SH3. En este contexto, el FOAM emerge como un material destinado a mejorar los estándares de rendimiento en los componentes para instalaciones de este tipo. Este artículo de FIG, analiza en detalle las características técnicas del FOAM y su impacto en la optimización de los sistemas de ventilación mecánica, proporcionando soluciones superiores para un entorno más saludable y eficiente.
El FOAM es una espuma de poliuretano de celdas cerradas, cuya eficiencia radica en su estructura que influye directamente en las propiedades fundamentales de los componentes de VMC. Esta estructura compacta se traduce en una conductividad térmica excepcionalmente baja, asegurando un alto nivel de aislamiento térmico. Esto conlleva a una significativa reducción de la pérdida de calor y, por ende, a una mejora en la eficiencia energética del sistema.
Además, este tipo de espuma de celdas cerradas proporciona una barrera efectiva contra la absorción de agua, lo que mejora la durabilidad y la resistencia de los componentes.
Eficiencia en Acción
La ligereza del material no solo facilita el transporte de los componentes, sino que también simplifica el proceso de montaje para los instaladores. Esto, junto con su facilidad de manipulación, contribuye a mejorar la eficiencia en la instalación, reduciendo los tiempos de trabajo y optimizando los recursos humanos.
Diseñado específicamente para actuar como atenuador acústico, el FOAM se convierte en una herramienta de gran valor para reducir el ruido generado por los ventiladores y el flujo de aire en sistemas de VMC. Esta capacidad no solo mejora el confort en espacios habitables, sino que también cumple con los estándares más rigurosos en entornos comerciales e industriales.
La resistencia antifúngica y antibacteriana del FOAM es crucial para mantener ambientes saludables. Al prevenir el crecimiento de hongos y bacterias, estos componentes contribuyen de manera significativa a mejorar la calidad del aire interior, garantizando un entorno más seguro y saludable para los ocupantes.
En relación a los componentes diseñados y fabricados por FIG, la adaptabilidad es fundamental en las cajas de distribución, salidas de techo y pared. Estos elementos pueden ajustarse fácilmente a las dos medidas estándar de tubo flexible en el mercado (Ø75 y Ø90), ampliando así las opciones de instalación para los instaladores. Esta versatilidad no solo simplifica el proceso de instalación, sino que también ofrece más flexibilidad para personalizar y optimizar los sistemas de ventilación según las necesidades específicas de cada proyecto. Además, gracias a su diseño, se elimina la necesidad de utilizar juntas de estanqueidad en el tubo, lo que simplifica aún más el proceso de montaje y ahorra tiempo y recursos.
En conclusión, la integración del FOAM en componentes para ventilación mecánica controlada no solo implica una innovación técnica, sino también una transformación en la eficiencia y la sostenibilidad ambiental. Desde su destacada capacidad de aislamiento térmico hasta su facilidad de instalación y versatilidad en el diseño, nuestro objetivo es mejorar no solo la eficacia de los sistemas de ventilación, sino también contribuir a un futuro más sostenible y saludable para todos.